En los últimos días estamos viendo varias noticias, sin demasiada repercusión, haciéndose eco de los cambios en la API de Twitter que, ya anunciados con tiempo, surtirían efecto desde el pasado jueves. Estos cambios suponían el cierre de los streams de datos que permitían que las apps de terceros (las que no están desarrolladas y publicadas por la propia Twitter) obtuviesen tweets, mensajes y eventos en tiempo real, lo que las habilitaba, además, para la emisión de notificaciones push. Por si esto fuese poco, se introdujeron límites en el acceso que queda activo para las apps de terceros vía API rest (es decir, se envía una solicitud cada X minutos al servidor para que devuelva las actualizaciones en el lapso desde la anterior), por ejemplo una restricción que hace que los mensajes directos no sean devueltos por la API hasta transcurrido un minuto desde su envío. En su lugar, se implementó un nuevo sistema que permite en el plan gratuito una cantidad ridícula de usuarios, que obliga a los desarrolladores a pagar por tramos de usuarios adicionales y a mantener un servidor que tenga capacidad para moverlos a todos, cosa que creo que nadie ha hecho por el momento. Seguramente a ti, usuario ocasional de Twitter en tu teléfono o a través de la web, esto no te importe nada, porque la web y la app son las únicas vías de acceso que conoces, además de las más fáciles de encontrar. Sin embargo hay muchas personas que utilizan apps de terceros que han visto como, «sorpresivamente», tenían que esperar algún tiempo para que los tweets que ya llevaban algunos segundos viendo desde la web se materializaran en su app favorita, vía solicitud a la API.
Para introduciros en este mundo, las aplicaciones de terceros para Twitter son apps de plataformas muy variadas, como iOS, Android, Windows o MacOS (cuya app oficial se descontinuó en marzo de este año, por cierto), que se conectan a un servicio que Twitter proporciona precisamente para eso, integrarse con apps de terceros, la llamada interfaz de programación de aplicaciones (API, de sus siglas en inglés). Como ya habréis visto si habéis pinchado en los enlaces de arriba, hay apps particularmente conocidas y reconocidas como Tweetbot, para iOS y MacOS, que es utilizada por un número considerable de personas.
Entre los ciegos como yo, ya que podemos prescindir de la interfaz gráfica, la app de Twitter por excelencia para Windows desde hace varios años es TWBlue, un cliente que, aunque tiene una ventana (dicen que no demasiado visualmente atractiva) para quien la quiera utilizar, dispone de un modo (el más utilizado, diría) en el cual se navega por las distintas listas de tweets y mensajes con comandos que se pueden pulsar desde cualquier aplicación y se recibe la información a través de la voz y el braille del lector de pantalla que se utilice, procedente de una comunicación de TWBlue con la librería del mencionado lector. Esta posibilidad no existe en otros sistemas, pero tampoco en ellos la app y la web de Twitter son, en mi opinión, lo más accesible y usable (sí, son cosas diferentes), por lo que utilizo Twitterrific tanto en mi iPhone (gratuita con extras adicionales de pago) como en mi Mac (en este caso cuesta 8,99€) porque la gente de The Icon Factory se preocupa muchísimo por la accesibilidad y de proporcionar la mayor usabilidad posible en Twitterrific, y en el caso de la app para Mac porque no existe ya el cliente oficial, que era bastante usable en su última rama de versiones, y porque otro gratuito que se usaba mucho antes de la aparición de la rama accesible de la aplicación nativa, NightOWL (conocido anteriormente y también ahora, de forma coloquial, como YoruFukurou) no tiene las últimas características de Twitter como las citas, los tweets de 280 caracteres, etc.
Como ya habréis podido deducir, las consecuencias de la restricción de la API son claras:Twitter ha degradado la experiencia que estos clientes podían proporcionarnos haciendo uso de los streams (todos los mencionados lo hacían) primando el uso de sus apps y su web. ¿Por qué es esto perjudicial en mi opinión?
- Imposición de apps oficiales:
- En primer lugar, para una plataforma que utilizo no existe app, como ya he dicho.
- En Windows, la app oficial no es ni de lejos tan cómoda como TWBlue ni, en lo poco que la he probado, cómoda en general. Simplemente una interfaz web embebida, muy parecida a twitter.com.
- De la de iPhone no tengo mucho que decir, tiene sus fallos de usabilidad como toda app, pero últimamente la han hecho bastante accesible y usable, además de que es la plataforma desde la que menos utilizo Twitter por lo que no me afecta demasiado.
- Eliminación de clientes no oficiales y disminución de la variedad de opciones: Este es un punto interesante de la controversia. Se están limitando las funciones de apps competidoras con las oficiales, servicios de terceros en la mayoría de los casos substitutivos de los proporcionados por Twitter. Está claro que Twitter está en todo su derecho de hacerlo, porque por algo es su servicio y tiene la facultad de imponer las reglas que considere mejores para sus intereses (o sea, vender), pero creo que se debería optar por otras soluciones diferentes a las de cerrar la API, a menos que el deseo de Twitter sea excederse con los datos que recopila para la creación de perfiles del usuario, que no me consta. Además, hay aplicaciones de terceros que o bien tienen más funciones o bien están, a gusto del usuario en cuestión, mejor organizadas, y la disminución de la competencia no es beneficiosa para nadie en ningún sentido, y mucho menos para el usuario de Twitter. Ya ni hablemos de las plataformas donde las apps no oficiales son los únicos clientes disponibles para Twitter, a las que se está discriminando con este cambio.
Quizá pueda entender algunos de los motivos que tenga Twitter, que son principalmente la creencia de la compañía de que, por narices, a todos nos valen las apps oficiales ya que están a un nivel muy alto actualmente, y la alegación de que no pueden insertar publicidad en clientes no oficiales, pero no termino de compartir ninguno, ni en mi situación ni en la de una persona vidente usuaria de clientes de terceros. Interesante la aportación al tema, a favor de estos argumentos, de un podcaster en un episodio de su canal. En primer lugar, bien sería posible, mediante algunos cambios técnicos, meter en los streams los mismos tweets promocionados que aparecen en la app y estudiar el comportamiento de los usuarios para mercadotecnia a través de su «red» de seguidores y amigos y de su interacción con ella. ¿Necesitan algún dato más para conocernos y mandarnos anuncios? Por otro lado puede haber usuarios a los que no les gusten las apps oficiales, que no tengan acceso a ellas (por poner un ejemplo ya recurrente, los usuarios de MacOS) o que decidan no usarlas por cualquier otro motivo, la imaginación es libre. En mi caso concreto, utilizo TWBlue porque es una aplicación mucho más cómoda que cualquier otra que haya probado, Twitterrific para iOS más que otra cosa por costumbre y sencillez, y Twitterrific para Mac por lo dicho anteriormente. Es posible que me pudiese adaptar a la web en Windows y Mac, que tiene sus fallos aunque no funciona mal, pero es, para mí, que tengo abierto Twitter constantemente, poco práctica y sin notificaciones push, o al menos yo no las he recibido.
También hay otros que alegan, no sin razón, que ni Facebook ni Instagram tienen una API tan abierta como era la de Twitter hasta el momento, ni siquiera tan abierta como lo es la de Twitter ahora. En mi caso, la pesadez de la web de Facebook y mi escaso interés por esa red social consiguió que desactivase mi cuenta. Sobre Instagram tengo la impresión, desde mi poco conocimiento de ella, de que tampoco le hace falta una API tan abierta, o es menos necesaria que en otras redes sociales, ya que la mayoría del contenido se sube vía móvil y la única competencia sería en plataformas móviles. De todos modos, que una empresa tome una decisión no es motivo para comparar con otras que toman la contraria y decir que los resultados de la primera serían directamente exportables a la segunda si hubiese tomado el mismo camino, argumento que se está utilizando últimamente a favor de la restricción de la API.
Yo he abierto ya, por si acaso, una cuenta en Mastodon. Desde septiembre la cosa pinta peor aún y parece que los problemas para las aplicaciones de terceros irán en aumento, por lo que no está mal buscar redes sociales con una filosofía mucho más abierta a las que igual compensa cambiarse completamente en cierto momento aunque no tengan la misma cantidad de usuarios y empresas con perfil allí.
Por último, mi opinión es personal. Quizá transferible a alguna otra persona o a varias otras, pero no generalizable a ningún colectivo.
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