Copistas profesionales desde el inicio de los tiempos

Tren Vigo-Coruña de un domingo aleatorio, pasado ya Vilagarcía y a nada de nuestro destino. Un interventor de RENFE circula por los pasillos del coche 4 asaltando a la gente para que le muestre los billetes. El tren entra en un túnel. A la altura de los asientos 257-58, hace otra parada y requiere con la delicadeza propia de su cargo el billete preceptivo a dos universitarios. Por casualidades de la vida y porque el que va en el pasillo no se ha metido el billete en Wallet, el de la ventanilla llega primero. «Vaya, no tengo cobertura, espere a ver si carga la app», comentario del otro. El buen hombre, fiel al procedimiento, y ya que no percibe que el sujeto que le acaba de mostrar su título de transporte, con tarifa 013 – TARJETA DORADA, padezca ningún tipo de tullimiento ni cumpla, a priori, las características de un pensionista, inquiere con suspicacia: «¿y la tarjeta dorada?». «Es suya», responde, y el de la cobertura, que empieza a volver tras abandonar el túnel y desaparecer el sonido característico que los acompaña, abre la cartera y saca el papelito que RENFE llama «tarjeta», por llamarle de alguna manera que quede comercial. Un rápido examen del documento y el interventor continúa su tarea en los asientos contiguos, posiblemente creyendo que un ciego se va a dar cuenta de ello y no va a intentar mostrar el billete, que finalmente ha conseguido hacer aparecer, al aire en vez de a su máquina de revisar.
«En fin, quién va a desconfiar de un ciego», comenta. Risilla de «no sé bien qué decir» del de la ventanilla. «Es que la gente piensa que no viajamos nunca sin billete, que no copiamos jamás en un examen, y muchas otras cosas por el estilo. Obviamente viajamos sin billete como todo buen ciudadano defraudador que se precie (no digo español porque también lo he visto en otros países de más arriba), y no es coña porque aún han saltado casos hace pocos meses, copiamos en los exámenes como todo estudiante de bien y de pro y muchas otras cosas por el estilo. Aún me acuerdo del tío que utilizaba esas abreviaturas que uno se pone en el iPhone para contestar a la gente pesada y cosas así para poner platón en el Mac y que se escribiese toda la teoría».
Como el lector habrá podido intuir, el que suscribe va a volver a la costumbre de meter sus billetes en Wallet, después de dos interventores, uno más impaciente que el otro, que tuvieron que esperar un rato a ver si volvía la maldita cobertura, que está en infinidad de túneles del metro de Madrid pero que parece que va a tardar en llegar a los de la línea de media distancia Vigo-Coruña. Sea como fuere, hoy hablamos de nuevo de inclusión, y de discriminación positiva.
Todo el mundo utiliza hoy en día este término de discriminación positiva para referirse a una discriminación que favorece a los habitualmente discriminados, valga la redundancia. Es decir, la reserva de plazas en el acceso a la universidad o en procesos selectivos de la administración, o la exención de ciertas tasas para personas con discapacidad, son un buen ejemplo de discriminación positiva de los que no soy demasiado partidario, dejando a un lado el hecho de que varios ya nos han favorecido a mí y a mi economía. También, por supuesto, es discriminación, y me permito ponerle también este sufijo de «positiva», porque obviamente cuanto más pueda copiar en exámenes, mejor (aunque no lo haga), presuponer a alguien buena fe sólo por su discapacidad. Evidentemente para un profesor la alternativa es ser un desconfiado odioso, pero al menos repasaremos en este artículo varias formas estupendas que me consta que se utilizan en la actualidad por muchos alumnos ciegos para copiar utilizando sus distintos aparatos tecnológicos. Alumnos ciegos que me odiarán después de esto, como hicieron en su día con aquel que tuvo la desafortunada idea de difundir un mensaje denominado «Métodos fantásticos para copiar y dónde encontrarlos» (gracias por la inspiración, por cierto), hasta conseguir que me pidiera que se lo borrase como administrador de la lista de distribución en la que lo había publicado originalmente.
Va para vosotros, compañeros de clase en bachillerato que preguntábais a la que tenía detrás si ella «creía que yo copiaba». La respuesta en este caso es no (y si lo hiciese sería el menos interesado en difundir esto, que es un argumento bastante lógico que algunos parecen no acabar de entender), aunque como veréis los métodos para hacerlo son muchos, tantos o más que los tradicionales, y por supuesto yo sólo aspiro a desgranar aquí unos cuantos. ¿Vamos con ello?

El arte de decir mucho con muy poco

Ya que he mencionado al de las abreviaturas en la parte que he transcrito arriba de mi conversación con el que yo llamo compañero de tarjeta dorada (y también de clase), seamos consecuentes y empecemos por eso, aunque con los detalles proporcionados creo que ya ha quedado suficientemente claro.
Si hay una empresa que sea conocida por su innovación y por sacarte el dinero muchas veces de manera abusiva y con tu complicidad, ésa es Apple. Su marca de ordenadores, Mac, tiene ventajas e inconvenientes, como todo, y una de las primeras es la funcionalidad que trae en el teclado denominada «sustituciones», que funciona del mismo modo que en otros dispositivos de la misma marca. Como su propio nombre indica, sirve para escribir algo y que te lo sustituya por otro algo, cosa que os aseguro es muy útil cuando te petan el móvil con felicitaciones navideñas para responder «muchas gracias, igualmente» poniendo solamente «mgi» (si os respondo con eso alguna vez ya sabéis el truco).
Este particular alumno le daba en su ordenador una aplicación ligeramente distinta. Digamos que era tan sumamente estudioso y hábil con el teclado que acababa el examen tiempo antes que cualquier otro compañero. Su habilidad con el teclado, según han relatado varias fuentes a este medio, era tal que los mencionados compañeros aseguraban que podía poner tres párrafos de respuesta con sólo escribir aparentemente dos palabras. ¿Misterio? No lo creo…
Obviamente, la solución para evitar esto es más o menos sencilla: si con cuatro palabras el alumno escribe dos páginas, malo. O es brujería o está copiando, y me inclino por pensar que la brujería es un mito, al menos en los exámenes.
Recientemente hemos asistido también a la aparición del complemento de NVDA Texto Frequente, una utilidad que crearon unos desarrolladores portugueses para acelerar la inserción de cadenas de texto que usemos con frecuencia. Frecuencia que puede ir desde todos los días con fines inocuos hasta sólo para un exámen y luego lo borro y me olvido. Utilizar este complemento no es tan fácil como en Mac, pero tampoco se queda atrás: con solo pulsar Windows+F12 llegamos a la pantalla de administración de cadenas frecuentes, desde donde podemos añadir nuevas y, pulsando enter sobre ellas, insertarlas en nuestro texto. Evidentemente, si un profesor pulsa Windows+F12 en un ordenador con NVDA y aparecen los apuntes, sospecha.

Autocartas

Contextualicemos al profano: las personas ciegas, para utilizar Twitter, tenemos instalados ciertos clientes bastante más cómodos para manejarlos con un lector de pantallas. Son más manejables porque tienen la posibilidad de ocultar la ventana y acceder a los tweets y mensajes mediante combinaciones de teclas que se pueden pulsar desde cualquier ventana, enviando la respuesta directamente mediante la librería del lector. Esto significa que si yo pulso una de estas combinaciones desde este editor de wordPress, pongamos, Windows+Alt+flecha derecha, oiré la respuesta y podré leerla en la pantalla braille pero no se mostrará visualmente, en este caso dicha respuesta ha sido «Mencións, 117 de 117». Si pulso otra vez esa combinación de teclas oigo «Mensaxes directas, 38 de 38», que es lo que me interesa. Si justo en la parte inferior, casualmente, me encuentro con un DM enviado por Iván Novegil con, oh maravilla, los apuntes del examen, me será muy fácil acordarme de todo e incluso copiar, aunque ya sé que está mal visto y todo eso.
Antes la gente fraccionaba los DM en trocitos por la limitación de los 140 caracteres, pero ahora que el límite está en 10000 copiar es mucho más cómodo y asequible. Chuleta hecha en 5 segundos: abrir los apuntes, seleccionar todo, copiar, abrir la ventana de redactar DM, pegar, enviar. Para todos los públicos.
También en esta técnica es vox populi que existe un experto, al que los profesores correspondientes podrán cazar mediante uno de los siguientes métodos:

  • Visualizador de voz y visualizador de braille: el lector de pantallas NVDA tiene la posibilidad de activar dos ventanas que se llaman «visualizador de voz» y, desde NVDA 2019.3, visualizador de braille. Con estos paneles flotantes podremos ver en texto todo lo que sale por síntesis, en el visualizador de voz, o por braille, en el visualizador de braille. Ya que existe esta posibilidad, y siempre que sea posible, es conveniente que se tengan abiertos los dos para evitar que el alumno deshabilite el habla por accidente y el texto del examen, o bueno, de lo que sea, salga únicamente por la pantalla braille. Si no tiene pantalla braille, evidentemente, un problema menos. Para referencia, las pantallas braille más nuevas, concretamente la Focus 40 blue 5ª generación, que es un modelo que actualmente está concediendo la ONCE como adaptación, son unos aparatos muy monos, alargados y finos (al menos en comparación con modelos anteriores como la PacMate o la propia Focus 40 blue 2), con un teclado braille arriba, una fila de pequeños botones en el medio y las celdas braille abajo, amén de otros botones de uso diverso y diseño dispar). En Voice Over para Mac también existen los equivalentes al visualizador de voz y de braille. En ambos casos se activan desde el menú de configuración del lector: en NVDA desde el menú Herramientas y en voiceOver desde la utilidad correspondiente (carpeta Utilidades en el Finder).
  • Iconos en la bandeja del sistema: el cliente invisible de Twitter por excelencia actualmente es TW Blue. Si vemos un icono de TWBlue en la bandeja del sistema de un alumno que está haciendo un examen es mejor invitarlo amablemente a que lo cierre. Aunque quedará desconectado del mundo durante 50 minutos e igual se encuentra una noticia sin la que no podía vivir al volver a abrirlo, no podrá utilizar este método para copiar. Como es lógico, si la infraestructura del centro educativo lo permite también podemos cortar las conexiones a api.twitter.com por el puerto 443 o directamente el acceso a internet a la IP/MAC/cuenta de usuario del alumno, aunque el programa no borra los mensajes ya recogidos al perder la conexión, por lo que si el alumno ya lo había abierto y ya tenía todo preparado para cometer el delito de poco nos servirá esta alternativa.

Por supuesto, en lugar de enviarnos un DM a nosotros mismos siempre cabe la posibilidad, sobre todo en exámenes eminentemente prácticos, de recurrir mediante este mismo sistema a una persona en el exterior que resuelva el examen en nuestro lugar.
Otra alternativa similar es el complemento para NVDA File Reader. Permite leer archivos y páginas web como texto plano, y escuchar ficheros de audio, a través de mensajes procesados directamente por la salida de NVDA, o sea, voz y braille. Los visualizadores de habla y de braille deberían ser suficientes para evitar esto a menos que los apuntes estén en MP3, caso en el que podemos pulsar en el equipo en cuestión NVDA+Alt+I para abrir la carpeta de alimentación del complemento.

Hablemos de transparencia

Vamos con uno de los métodos más sofisticados para copiar, que se basa de nuevo en la posibilidad de recibir mensajes a través del lector de pantallas sin que aparezcan visualmente. En este caso es una posibilidad mucho más cómoda que Twitter. Con TW blue es posible enviar el mensaje al portapapeles con una combinación de teclas, pero se copia todo el mensaje, que es lo mismo que obtenemos mediante voz y braille. No se puede navegar por el mensaje a voluntad (lo equivalente a nivel visual de hacer scroll) sólo con TW Blue, ni copiar partes del mismosi tuviésemos esa necesidad, y lo que más se le acerca es pausar el habla y reanudarla, aunque cualquier mensaje que el lector reciba entre medias, incluido el eco de lo que escribimos en el examen, estropearía el invento porque ya no se podría retomar el mensaje desde donde lo habíamos dejado.
Lo que sí podemos hacer es abrir una ventana, que esta vez sí es visible como cualquiera, con el texto del mensaje. Arreglamos el problema de la visibilidad con una pequeña ayuda técnica, como es NUtils, que con un sencillo atajo de teclado nos permite hacer desaparecer una ventana de la pantalla, técnica que se denomina comunmente «transparentar». El truco está en que aunque no la veamos, sigue presente y se puede interactuar con ella mediante el lector, y en este caso sí será posible revisa el texto a voluntad, copiar, pegar, y todo lo que se nos ocurra.
Evidentemente esto no se suele usar con mensajes de Twitter, sino directamente con nuestro lector de archivos o procesador de textos preferido, como Bloc de notas, Acrobat Reader o Word. Para pillar a estos infractores tan sofisticados hay varias soluciones:

  • Visualizador de voz y de braille: lo explico en el apartado anterior. Os refiero a él para más detalles, no varía nada.
  • Iconos en la barra de tareas: hay algo que NUtils no oculta y es el icono correspondiente en la barra de tareas, esa franja en la parte inferior de la pantalla que muestra las ventanas abiertas. Es evidente que si el alumno tiene en pantalla el examen pero hay un icono de Word que hace referencia al archivo «apuntes.docx», no es sólo el examen lo que tiene abierto. En ocasiones esta solución podrá evitarse por el estudiante cambiando el título de la ventana a través de la utilidad integrada en el propio NUtils para ello.
  • Iconos en la bandeja del sistema: de nuevo, si la observación atenta de la pantalla de un alumno nos dice que en la bandeja del sistema hay un icono de NUtils, es mejor que lo cierre. Aún así esto no es nada fiable: así como en el TW Blue el aspecto o la visibilidad del icono es algo más difícil de cambiar, aunque no imposible, en NUtils puede hacerlo cualquiera, ya que es un programa en AutoIt que tiene una funcionalidad integrada para abrir el Bloc de notas y editar su código fuente. Así es que puede borrarse el icono o cambiarle el nombre para que sea más complicado detectarlo.
  • Atajos de teclado del complemento: si pulsamos Windows+F4 en el teclado del alumno mientras está haciendo el examen y la ventana desaparece NUtils estará en ejecución, aunque obviamente no es concluyente para afirmar que lo estuviese utilizando para copiar o revisar apuntes. Otro plan muy desmontable, porque cambiar los atajos de NUtils es igual de fácil que editar su código fuente.

Existe un sucedáneo de NUtils como complemento para NVDA llamado Win Wizard, que sólo permite ocultar las ventanas, tanto visualmente como para el lector de pantalla, y no transparentarlas. Sin embargo, si eres ciego total y no ves cuando el profesor se acerca para ocultar la ventana a tiempo, o tienes unos compañeros que no estén por la labor de ser cómplices de la jugada, utilizar este complemento es altamente arriesgado en favor de NUtils, que sin duda ahorrará al estudiante muchas taquicardias durante el proceso delictivo.

Tener copia de seguridad siempre es útil

Imaginemos que, por si ocurriere cualquier contingencia en el ordenador que llevamos al examen, guardamos en otro equipo una copia de los apuntes. Y lo dejamos encendido, mismamente descargando un archivo muy pesado que no puede esperar al día siguiente.
En esta situación acude en nuestra ayuda NVDARemote, un complemento que como se deduce de su nombre sirve para establecer conexiones de control remoto entre equipos con el lector de pantallas NVDA (sin que se vean en pantalla). Funciona mediante una infraestructura descentralizada y libre cliente-servidor, donde las conexiones pueden hacerse directamente, si el servicio de internet lo permite, o a través de un servidor intermedio al que se conectan los dos (o más, pero para que funcione mínimo esos) clientes, que es lo más común. Todos los clientes de una misma sesión comparten una clave, generada aleatoriamente o, lo más habitual, convenida de antemano. Por ejemplo, servidor nvdaremote.com, clave compartida «mecopio».
Una vez dejamos el ordenador de casa conectado a cualquier servidor de Remote (se puede hacer manualmente o configurar el complemento para que conecte sólo al iniciarse NVDA), bastará con indicar el mismo servidor y clave en el equipo del centro educativo para tener control completo de nuestro ordenador particular. Y como siempre, una cosa lleva a la otra, y sin saber cómo acabas abriendo los apuntes que habías guardado por si acaso en medio del examen.
La regla de oro con este complemento es bloquear a nivel de red, usuario o equipo el puerto 6837 por TCP. Es el que utilizan la mayoría de servidores de NVDARemote, aunque no es infalible: si el estudiante sabe instalar el servidor o tiene a alguien que sepa y se lo presta es fácil que el puerto sea otro, tanto el servidor como el cliente permiten cambiarlo de manera muy sencilla. En algunas redes corporativas e institucionales con el tráfico filtrado (no miro a nadie, Eduroam) el puerto escogido puede llegar a ser alguno de los comunes hoy en día en internet (80, 443, 993, 8080…), por lo que si un administrador de red, contando con que eso exista en nuestro centro, no monitoriza atentamente las conexiones, será complicado distinguir en el momento una sesión de control remoto de cualquier otra a un servicio más inocente.
El cliente de NVDARemote está en el menú NVDA (podemos abrirlo desde el icono en la bandeja del sistema), submenú Herramientas, Remoto. Los primeros dos elementos son «Conectar» y «Desconectar» pero por razones obvias hay uno de ellos que no se puede pulsar según sea la situación. Así, si está atenuado el botón «Conectar» significará que ya hay una conexión activa. Si esto sucede en un examen, no hay más razón que el despiste o la comisión de un fraude por las que pensar por qué esa conexión está abierta.

Del casette al MP3 en 15 años

Todo padre de España que se precie conoce la historia de algún compañero que utilizaba la tecnología a su disposición para copiar, dentro de la que estaban, según el momento, los reproductores de casette y luego los Walkman y derivados. La técnica ya la imaginaréis, grabarse a uno mismo leyendo los apuntes y escucharlos durante el examen.
El asunto general con los métodos utilizados por videntes es que no suele ser tanto copiar en el sentido estricto sino más bien refrescar cierta información, que al final mientras vas montando la logística algo se te queda de los apuntes. Por el contrario, todos los métodos que hemos visto aquí no requieren resumir de ninguna manera y permiten el acceso total a los apuntes, sin necesidad de leerlos antes.
Si yo cojo todos los apuntes y los paso por un conversor de texto a voz que exporte a MP3 y utilizo el reproductor adecuado será muy simple escucharlos e incluso escribir a la vez.
Con reproductor adecuado podemos referirnos a uno como VLC Media Player, o también a alguno más orientable a estos fines como Foobar2000. Foobar2000 permite definir atajos de teclas globales con los que manejarlo desde cualquier lugar aunque la ventana del reproductor no esté abierta (porque se oculta con NUtils, por ejemplo). A la fecha de este artículo desconozco si es posible ocultar el icono en la bandeja del sistema, con lo que el programa sería prácticamente indetectable, o no.

Creo que sobra decir, para vosotros, alumnos, que no es nada recomendable probar nada de esto en casa. Hay una facilidad en nuestro sistema educativo denominada coloquialmente «septiembre» a la que los profesores recurren al detectar con cierta frecuencia en el mismo alumno anomalías en el desarrollo de un examen como las que describo arriba. No he tenido el placer de conocerla personalmente, pero de todos modos no parece ser demasiado apetecible.
Nota final para los profesores: no hace falta ser paranoico. Si revisas uno por uno los métodos descritos en este post en el ordenador de tu alumno ciego, sería justo obligar al resto de alumnos a desnudarse por completo, revisarles las mochilas, limpiarles las orejas, buscar detrás de los radiadores, encima de las lámparas, en la pizarra, debajo de todas las mesas, instalar inhibidores de frecuencia y destruir a martillazos, estilo PP, todos sus móviles y relojes. No lleguemos a ese extremo. Por favor. Úsense únicamente como patrones de detección.

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Autor: Iván Novegil Cancelas

Estudiante de periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela. Aficionado a la radio. Celtista. Vicepresidente Primero y miembro del equipo de gestión web y desarrollo en NVDA.es. Y otras cosas.

2 opiniones en “Copistas profesionales desde el inicio de los tiempos”

  1. Magnífico artículo con un estilo de redacción y una retórica impecables. Aunque ya lo he comunicado por otros medios, me siento muy orgulloso de haber sido tu fuente de inspiración para esto. Hubo que destruir el mensaje original tras las diversas amenazas e insultos recibidos, pero con este va a ser distinto. Hagamos que llegue lejos, ¡hagamos que los profesores nos conozcan un poco mejor!

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